Enseñanza/Un cuaderno debe durar el ciclo escolar y dos maestros renuncian
Capitulo I
Oscar Treviño Jr.
Mientras las autoridades hablan de calidad en la educación, en la primaria comunitaria rural "Vicente Guerrero" ubicada en la playa Bagdad, ni siquiera tienen para un cuaderno y los que tienen deben economizar para que les dure un año porque de lo contrario tendrán que hacer magia con hojitas sueltas.
El calor esta siendo tan intenso que la temperatura de 35 grados, en la playa Bagdad da la sensación térmica de 42 grados centígrados, lo que obliga a despachar a los alumnos a las 11 de la mañana para evitar los "golpes de calor" y peor aún, que a diario falla uno ó dos o cinco niños por infecciones estomacales y diarreas.
A esta escuela primaria y al Jardín de Niños "Agustín Melgar" –las aulas están contiguas, les hace falta todo y por si fuera poco han sido robadas del escaso material didáctico que atesoran. Las madres y padres de familia no ayudan ni a los docentes, ni a los alumnos que lo tres maestros concluyen en una situación: ¡No hay futuro!
La decisión
Arturo Sáenz Ferral, director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo, dice "que quienes participan como instructores comunitarios reciben recursos que les permiten terminar la preparatoria o hacer estudios a nivel superior", pero esto es un golpe en la cara para tres maestros que solo les falta llorar o hacer un libro para narrar la serie de situaciones.
Gerardo Martínez Rubio, un maestro instructor ha decido buscar un lugar cerca de su casa y esta en la disyuntiva de si continua enseñando a leer y escribir o con la beca que le dan, estudiar a licenciatura en Educación Primaria.
Su compañera Diana Elizabeth Martínez Martínez, de plano ha dicho que ya no enseña a leer a ningún niño: "me marcho para la ciudad de Cárdenas, -estado de San Luis Potosí-, a estudiar licenciado en Derecho porque ya no me nace ser maestra".
Irais Hernández Quevedo, maestra del Jardín de Niños aguantará otro ciclo más y luego decidirá si continúa o estudia aprovechando la beca.
A punto del llanto
"Nosotros no tenemos un sueldo normal" –dice Gerardo-, la beca ya esta ganada, luego son mil pesos mensuales, más 500 si entregamos un trabajo de acuerdo con las festividades del mes, así que la comunidad debe darnos alguna cantidad, pero no tienen porque son muy pobres.
El total de alumnos es de 40, en el aula Gerardo tuvo 23 niños de primer año, segundo y tercero, mientras que el resto entre quinto y sexto los asistió Diana, pero constantemente faltaron en el ciclo que comprende agosto del 2007 y junio de este año, pero la pobreza ataca a todos.
Gerardo Martínez explica que cada uno de sus compañeros recibe una despensa al mes –a veces tardan dos meses en llegar-, "de esas que se reparten en escuelas urbanas y quedan las sobras" –dice con reproche-, consta de un cuarto de aceite "Cristal", un kilo de maseca, una bolsa de soya, un paquetito de fideo y otro de galletas.
Les vale a todos
Diana y Gerardo dicen que las madres de familia no tienen dinero ni tiempo para atender a sus hijos, cuando menos a los maestros: "Les pedimos que hicieran otro tipo de sanitarios y nos respondieron ¡no! Y eso que una niña tiene una infección íntima.
"En medio de ambas escuelas circulan los coches, se había acordado que la comunidad nos darían 15 pesos para desplazarnos a otra comunidad, ellos dicen ¡si! Pero no hay dinero porque no hay pesca".
El horario para las escuelas varia de acuerdo al humor del líder del transporte ejidal, dicen los maestros.
"En ese sentido mis compañeros y yo tenemos que levantarnos a las cinco de la mañana, a las 07:00 horas estar en la calle 15 y González porque es la Terminal de peseras y después llegan a la playa entre 08:00 y 08:15 horas de acuerdo con el humor de chofer para empezar las clases", dice Irais.
Poco y les roban
Luego a las 1:40 de la tarde hay que salir corriendo para tomar el transporte de regreso a casa, porque como circulan cada hora, sino llegan a tiempo tienen que esperar hasta las tres de la tarde, pero lo peor ¡no comen!
Los maestros admiten que no comen sino hasta que lleguen a casa, porque la gente no les da ¡es que como no hay pesca, no hay nada! –y ya se acabó el ciclo escolar-, es la frase de cada día, dicen con resignación.
En ambas escuelas –dicen los maestros- robaron. Lo peor es que es solo material didáctico, es lo que sirve a los niños en su aprendizaje, pero nadie dice nada, ni siquiera hay ventanas completas.
Los maestros de la primaria explican: "a veces los niños no tienen material. O sea ni un cuaderno, nosotros hacemos maravillas con hojitas y los que tiene cuaderno deben de cuidarlo muy bien porque es el único que usarán en el año –tan solo en una primaria urbana se necesitan tres para matemáticas, tres para español, dos para ciencias naturales y uno de geografía e historia-.
El clima
En la zona urbana y la mayor parte de la zona rural las escuelas tienen aire acondicionado, pero aquí no hay nada de eso –muchos niños piensan que eso no se puede hacer-, y continúan asistiendo a una escuela a la que son obligados.
Los maestros tuvieron que ir a pedir al líder del Transporte Ejidal que les hiciera una rebaja porque a diario tienen que pagar 28 pesos para ir a dar clases y si pagan boleto de estudiante será en 15 pesos, el acuerdo fue "hay como quieran los choferes".
En tiempo de frío y de lluvia se tienen dificultades con el transporte, en la escuela los niños y niñas a veces no van primero porque se enferman de gripa, luego hay inundaciones aunque eso no lo saben las autoridades municipales, en calor como ahora las enfermedades gastrointestinales cobran real importancia, pero la III Jurisdicción Sanitaria lo desconoce.
De hecho ni siquiera estaban contemplados 100 menores entre ellos algunos de mínimo cinco años para la campaña nacional de vacunación a no ser porque Natividad Quevedo Márquez presidenta de la colonia "Villa Guerreros del Mar", lo pidió con oficio a la presidencia municipal.
"El Día del Niño"
Con amargura los tres maestros dicen que fueron al DIF Matamoros, para solicitar dulces y festejar el "Día del Niño", la respuesta fue: "que vengan los padres de familia y los menores y recibirán un juguete y una bolsita de dulces".
"Evidentemente no podían, la gente de la playa pagaría por ir a la ciudad más de lo que costaban el regalito y la bolsita; decidieron no ir. Casi a principios de junio recibimos la bolsita con la leyenda feliz día del niño. ¡Los dulces estaban aguados!, y los niños de aquí siempre están deseosos de alguna golosina", dicen los maestros con reproche.
Cuando los maestros enferman, luego son reprendidos por los mamás porque "¿con quién dejarían a los niños?"
Las clases en la primaria han concluido y las evaluaciones las hará Rosa Belia de los Reyes, directora de CONAFE, que no hemos localizado; solo hay un recadito con el teléfono 86-81-58-22-43 de "Marisol" que envía al buzón pero no deja que se envíe mensaje.
La graduación
"En el Jardín de Niños, se graduarán siete de los 14, pero sus madres y padres no quieren cooperar para la toga y el birrete ¿ya sabe por qué, no hay pesca?, así que haciendo cuentas me gastaría de 300 a 500 pesos cuando mucho para que una costurera me los haga, porque tampoco quieren pagar 50 pesos del fajín o moño, según sería el caso", explica la maestra Irais.
El 28 de este mes esta programada la graduación y Jesús Tapia Fernández ha prometido ayudar ahora que tenga oficina pública como diputado, "porque hace como 10 días le había pedido pintura para ponerle los nombres a las escuelas, un escritorio que no tengo y la chapa", dice Irais.
"En temporada de pesca de camarón la población escolar aumenta, han llegado a tener más de 60 alumnos por los que vienen de Veracruz y Tampico. Se acaba y se retiran nosotros a veces ni cabemos, los de primero toman clases con los de sexto porque no hay espacio", dice Gerardo.
Obra sin hacer
En el terreno del Jardín de Niños dice un letrero bastante visible "Preescolar comunitario. Rehabilitación sustitución de aula didáctica estructura regional. 750 y letrina hecha en obra, tabique rojo de 2 módulos. Campo Pesquero 1".
Los habitantes del campo pesquero "El Chichonal" -cuenta la maestra Irais-, vinieron a pelear este aviso para su comunidad porque es de ellos, pero lo montaron aquí.
"El caso es que en el 'Chichonal' no hay escuela, ni nada, pero ellos lo quieren para que lo construyan porque no lo hicieron", dice la maestra
Esta obra corresponde al Comité Administrador del Programa de Construcción de Escuelas en Tamaulipas –CAPCET-, en aquel entonces a cargo Sandra Verónica García Cavazos –actualmente regidora número 13.
Los maestros dicen que en todo el año, solamente se reunieron tal vez 12 veces con las madres de familia. Aquí no se festeja el día del padre, madre, maestro, estudiante, a veces la Revolución Mexicana y solamente se hizo una posada, porque ante la carencia el espíritu y el corazón prevalecen.
Capitulo I
Oscar Treviño Jr.
Mientras las autoridades hablan de calidad en la educación, en la primaria comunitaria rural "Vicente Guerrero" ubicada en la playa Bagdad, ni siquiera tienen para un cuaderno y los que tienen deben economizar para que les dure un año porque de lo contrario tendrán que hacer magia con hojitas sueltas.
El calor esta siendo tan intenso que la temperatura de 35 grados, en la playa Bagdad da la sensación térmica de 42 grados centígrados, lo que obliga a despachar a los alumnos a las 11 de la mañana para evitar los "golpes de calor" y peor aún, que a diario falla uno ó dos o cinco niños por infecciones estomacales y diarreas.
A esta escuela primaria y al Jardín de Niños "Agustín Melgar" –las aulas están contiguas, les hace falta todo y por si fuera poco han sido robadas del escaso material didáctico que atesoran. Las madres y padres de familia no ayudan ni a los docentes, ni a los alumnos que lo tres maestros concluyen en una situación: ¡No hay futuro!
La decisión
Arturo Sáenz Ferral, director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo, dice "que quienes participan como instructores comunitarios reciben recursos que les permiten terminar la preparatoria o hacer estudios a nivel superior", pero esto es un golpe en la cara para tres maestros que solo les falta llorar o hacer un libro para narrar la serie de situaciones.
Gerardo Martínez Rubio, un maestro instructor ha decido buscar un lugar cerca de su casa y esta en la disyuntiva de si continua enseñando a leer y escribir o con la beca que le dan, estudiar a licenciatura en Educación Primaria.
Su compañera Diana Elizabeth Martínez Martínez, de plano ha dicho que ya no enseña a leer a ningún niño: "me marcho para la ciudad de Cárdenas, -estado de San Luis Potosí-, a estudiar licenciado en Derecho porque ya no me nace ser maestra".
Irais Hernández Quevedo, maestra del Jardín de Niños aguantará otro ciclo más y luego decidirá si continúa o estudia aprovechando la beca.
A punto del llanto
"Nosotros no tenemos un sueldo normal" –dice Gerardo-, la beca ya esta ganada, luego son mil pesos mensuales, más 500 si entregamos un trabajo de acuerdo con las festividades del mes, así que la comunidad debe darnos alguna cantidad, pero no tienen porque son muy pobres.
El total de alumnos es de 40, en el aula Gerardo tuvo 23 niños de primer año, segundo y tercero, mientras que el resto entre quinto y sexto los asistió Diana, pero constantemente faltaron en el ciclo que comprende agosto del 2007 y junio de este año, pero la pobreza ataca a todos.
Gerardo Martínez explica que cada uno de sus compañeros recibe una despensa al mes –a veces tardan dos meses en llegar-, "de esas que se reparten en escuelas urbanas y quedan las sobras" –dice con reproche-, consta de un cuarto de aceite "Cristal", un kilo de maseca, una bolsa de soya, un paquetito de fideo y otro de galletas.
Les vale a todos
Diana y Gerardo dicen que las madres de familia no tienen dinero ni tiempo para atender a sus hijos, cuando menos a los maestros: "Les pedimos que hicieran otro tipo de sanitarios y nos respondieron ¡no! Y eso que una niña tiene una infección íntima.
"En medio de ambas escuelas circulan los coches, se había acordado que la comunidad nos darían 15 pesos para desplazarnos a otra comunidad, ellos dicen ¡si! Pero no hay dinero porque no hay pesca".
El horario para las escuelas varia de acuerdo al humor del líder del transporte ejidal, dicen los maestros.
"En ese sentido mis compañeros y yo tenemos que levantarnos a las cinco de la mañana, a las 07:00 horas estar en la calle 15 y González porque es la Terminal de peseras y después llegan a la playa entre 08:00 y 08:15 horas de acuerdo con el humor de chofer para empezar las clases", dice Irais.
Poco y les roban
Luego a las 1:40 de la tarde hay que salir corriendo para tomar el transporte de regreso a casa, porque como circulan cada hora, sino llegan a tiempo tienen que esperar hasta las tres de la tarde, pero lo peor ¡no comen!
Los maestros admiten que no comen sino hasta que lleguen a casa, porque la gente no les da ¡es que como no hay pesca, no hay nada! –y ya se acabó el ciclo escolar-, es la frase de cada día, dicen con resignación.
En ambas escuelas –dicen los maestros- robaron. Lo peor es que es solo material didáctico, es lo que sirve a los niños en su aprendizaje, pero nadie dice nada, ni siquiera hay ventanas completas.
Los maestros de la primaria explican: "a veces los niños no tienen material. O sea ni un cuaderno, nosotros hacemos maravillas con hojitas y los que tiene cuaderno deben de cuidarlo muy bien porque es el único que usarán en el año –tan solo en una primaria urbana se necesitan tres para matemáticas, tres para español, dos para ciencias naturales y uno de geografía e historia-.
El clima
En la zona urbana y la mayor parte de la zona rural las escuelas tienen aire acondicionado, pero aquí no hay nada de eso –muchos niños piensan que eso no se puede hacer-, y continúan asistiendo a una escuela a la que son obligados.
Los maestros tuvieron que ir a pedir al líder del Transporte Ejidal que les hiciera una rebaja porque a diario tienen que pagar 28 pesos para ir a dar clases y si pagan boleto de estudiante será en 15 pesos, el acuerdo fue "hay como quieran los choferes".
En tiempo de frío y de lluvia se tienen dificultades con el transporte, en la escuela los niños y niñas a veces no van primero porque se enferman de gripa, luego hay inundaciones aunque eso no lo saben las autoridades municipales, en calor como ahora las enfermedades gastrointestinales cobran real importancia, pero la III Jurisdicción Sanitaria lo desconoce.
De hecho ni siquiera estaban contemplados 100 menores entre ellos algunos de mínimo cinco años para la campaña nacional de vacunación a no ser porque Natividad Quevedo Márquez presidenta de la colonia "Villa Guerreros del Mar", lo pidió con oficio a la presidencia municipal.
"El Día del Niño"
Con amargura los tres maestros dicen que fueron al DIF Matamoros, para solicitar dulces y festejar el "Día del Niño", la respuesta fue: "que vengan los padres de familia y los menores y recibirán un juguete y una bolsita de dulces".
"Evidentemente no podían, la gente de la playa pagaría por ir a la ciudad más de lo que costaban el regalito y la bolsita; decidieron no ir. Casi a principios de junio recibimos la bolsita con la leyenda feliz día del niño. ¡Los dulces estaban aguados!, y los niños de aquí siempre están deseosos de alguna golosina", dicen los maestros con reproche.
Cuando los maestros enferman, luego son reprendidos por los mamás porque "¿con quién dejarían a los niños?"
Las clases en la primaria han concluido y las evaluaciones las hará Rosa Belia de los Reyes, directora de CONAFE, que no hemos localizado; solo hay un recadito con el teléfono 86-81-58-22-43 de "Marisol" que envía al buzón pero no deja que se envíe mensaje.
La graduación
"En el Jardín de Niños, se graduarán siete de los 14, pero sus madres y padres no quieren cooperar para la toga y el birrete ¿ya sabe por qué, no hay pesca?, así que haciendo cuentas me gastaría de 300 a 500 pesos cuando mucho para que una costurera me los haga, porque tampoco quieren pagar 50 pesos del fajín o moño, según sería el caso", explica la maestra Irais.
El 28 de este mes esta programada la graduación y Jesús Tapia Fernández ha prometido ayudar ahora que tenga oficina pública como diputado, "porque hace como 10 días le había pedido pintura para ponerle los nombres a las escuelas, un escritorio que no tengo y la chapa", dice Irais.
"En temporada de pesca de camarón la población escolar aumenta, han llegado a tener más de 60 alumnos por los que vienen de Veracruz y Tampico. Se acaba y se retiran nosotros a veces ni cabemos, los de primero toman clases con los de sexto porque no hay espacio", dice Gerardo.
Obra sin hacer
En el terreno del Jardín de Niños dice un letrero bastante visible "Preescolar comunitario. Rehabilitación sustitución de aula didáctica estructura regional. 750 y letrina hecha en obra, tabique rojo de 2 módulos. Campo Pesquero 1".
Los habitantes del campo pesquero "El Chichonal" -cuenta la maestra Irais-, vinieron a pelear este aviso para su comunidad porque es de ellos, pero lo montaron aquí.
"El caso es que en el 'Chichonal' no hay escuela, ni nada, pero ellos lo quieren para que lo construyan porque no lo hicieron", dice la maestra
Esta obra corresponde al Comité Administrador del Programa de Construcción de Escuelas en Tamaulipas –CAPCET-, en aquel entonces a cargo Sandra Verónica García Cavazos –actualmente regidora número 13.
Los maestros dicen que en todo el año, solamente se reunieron tal vez 12 veces con las madres de familia. Aquí no se festeja el día del padre, madre, maestro, estudiante, a veces la Revolución Mexicana y solamente se hizo una posada, porque ante la carencia el espíritu y el corazón prevalecen.